Constelación del león
La constelación de Leo, del latín Leo, es una de las 13 constelaciones del zodíaco por las que pasa el Sol en un año. Se encuentra entre la constelación de Virgo, a su izquierda, y la constelación de Cáncer, a su derecha. Las dos estrellas principales de esta constelación son Regulus y Denebola. Está asociada a dos enjambres de meteoros, las Delta-Leónidas, activas del 15 de febrero al 10 de marzo, y las Leónidas, activas del 10 al 23 de noviembre.
En la mitología griega, esta constelación representa al León de Nemea, que vino de la Luna a través de un cometa. Era invencible y aterrorizaba a la población del valle de Nemea. Hércules lo estranguló con sus propias manos durante el primero de sus doce trabajos. Hércules recuperó su piel para confeccionar una vestimenta, y así se protegió de las flechas enemigas. Cuando Hércules murió, fue enviado al cielo con el león, donde formaron dos constelaciones vecinas.
Historia de la constelación del león
Tras la discreta constelación de Cáncer, se extiende la majestuosa constelación de Leo. Aquí, la disposición de las estrellas sugiere fácilmente la imagen del rey de los animales.
Las tablillas mesopotámicas MUL.APIN (del siglo VII a.C., pero con datos astronómicos de los siglos XIII / XII a.C.) lo describen como UR-GU-LA ‘el león’. Esta figura es una de las constelaciones zodiacales a las que los mesopotámicos concedían gran importancia, ya que marcaban el inicio de las estaciones. Leo está estrechamente asociado al solsticio de verano. En efecto, el 21 de junio, el Sol se encontraba frente a la estrella Denebola hacia el 3900 a.C., y después frente a Regulus hacia el 2200 a.C..
Más tarde, debido al movimiento de precesión de la Tierra, la posición del Sol en el solsticio de verano se desplazó de Leo a Cáncer. Pero como nos recuerda Aratos, Leo siempre aparecía en pleno verano, en la cúspide del calor, lo que no restaba simbolismo a su poder, instrumento del Sol devastador.
Aunque el león simboliza la realeza y la fuerza, la mitología grecorromana lo considera un león más bien débil, abatido por Heracles.
Mitología de la constelación del león
Leo es una de las constelaciones más antiguas que se conocen, con pruebas arqueológicas de una constelación similar en la civilización mesopotámica ya en el año 4000 a.C. Los persas llamaban a Leo Ser o Shir; los turcos, Artan; los sirios, Aryo; los judíos, Arye; los indios, Simha, todos ellos nombres que significan “el león”. Algunos mitólogos creen que en Sumeria, la constelacel León representaba al monstruo Humbaba, asesinado por Gilgamesh.
En la astronomía babilónica, la constelación se llamaba UR.GU.LA, ‘el Gran León’, siendo entonces Regulus conocida como ‘La Estrella que se encuentra en el Pecho del León’, con una distinción especial ya que también se la llamaba la ‘Estrella Real’.
Tanto Eratóstenes como Hyginus afirmaban que el León estaba situado en el cielo porque era el rey de los animales, pero en la mitología griega la Constelación del León se identificaba con el león de Nemea matado por Heracles (Hércules en la mitología romana) al completar el primero de sus doce trabajos.
De filiación incierta, se dice que la Constelación del León era el vástago de Orthos, el perro de Gerión, y la Quimera o Equidna, como la Esfinge de Tebas. Otra tradición atribuía como padre a Tifón, sin especificar quién habría sido su madre, mientras que otra mencionaba como madre a Selene, diosa de la Luna.
La primera tarea que Euristeo impuso a Heracles para expiar el asesinato de su mujer y su hijo fue matar y traer de vuelta la piel del león nemeo, una temible bestia que asolaba la Argólida.
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